sábado, 6 de febrero de 2010

ASI SE TEMPLÓ EL ACERO

Breve crónica de la lucha por los terrenos de la UABC
en Mexicali 1969 – 1970


1. A manera de introducción:
La historia la escriben los hombres, pero los hombres se encuentran sujetos a condiciones y éstas se componen de fuerzas, obstáculos, intereses y de oleajes sociales de distinto significado, por lo que dicha historia siempre será incertidumbre.

Por eso sólo los desenlaces tienen certeza; sin embargo, hay episodios de la historia que parecen recónditos, intersticiales por su condición de ocultamiento.

El joven pasado de nuestra universidad está construido por episodios idos, en los cuales los rostros sin identidad, las caras sin rasgos, perdidos o mejor dicho confundidos en el rostro múltiple de lo colectivo, tuvieron papeles de gran relevancia y lograron triunfos nunca reclamados para meterse, luego de las tareas de gladiador, en el socavón del olvido, complacidos porque la misión universitaria ya cumplida, significó la más gloriosa guirnalda, para los cimarrones que ya se fueron y para aquellos que ya no están.

Hoy en medio de los festejos de los cincuenta años de edad me parece un momento oportuno, no para darle identidad a los rostros ni rasgos a las caras, sino para sacar a la luz sucesos que deberán formar parte de nuestra identidad universitaria, porque a través de ellos se expresó la vertiente valiente y comprometida de sus estudiantes.

El propósito de este esfuerzo, es el de construir un relato respecto de un momento de la otrora etapa heróica de la universidad, aquella que en sus principios fue marcada por una enérgica y valiente acción de un grupo muy amplio de estudiantes de todas las escuelas de la UABC, con el propósito de dotarla de una fisonomía material y de colocarla en el mapa de la memoria de la sociedad de nuestro estado.
El movimiento estudiantil universitario de 1969-1970 fue el segundo de una serie de eventos que se desencadenaron en la misma dirección; antes, el movimiento por los terrenos de la unidad la unidad universitaria de Ensenada cristalizó exitosamente con la consecución de los mismos lo cual se logró en el año de 1969.

Me parece que lo más trascendente de aquellas expresiones estudiantiles y que quedaron como recuerdo luminoso, fue la construcción de solidaridades que ataron en una fuerza única a estudiantes entre sí y a autoridades universitarias; a su vez se bordó un espíritu de cuerpo que sin duda empujó y dio forma a un sentido de pertenencia lo que en el curso de los años fraguó lo que hoy podemos descubrir como el espíritu universitario de nuestra alma mater.

Al final, podemos asumir que al igual que los movimientos de la etapa heroica de ayer...hoy nuestra universidad goza de un gran consenso societario.


2. La Universidad Trashumante.
La Universidad Autónoma de Baja California como un cuerpo trashumante recorrió todos y cada uno de los espacios y los tiempos que las condiciones históricas le involucraron y es que al fin y al cabo, no es así como son creadas aquellas instituciones cuyo surgimiento se desea o bien cuyo alumbramiento se esperaba pero con distintas características y para distintos fines.

El Alma Mater nace y vagabundea como palabra escrita, sorda y silenciosa entre los cuchicheos palaciegos como algo nuevo, pero también como algo esperanzador.

Primeramente unas escuelas encorvadas por la vejez y el maltrato dan cabida a la preparatoria de Mexicali y Tijuana, posteriormente son creadas algunas escuelas profesionales, más con el deseo de darle cuerpo y presencia a la Universidad, que con los remotos intentos de pensar en una racionalización de los recursos profesionales a un futuro de mediano plazo.

Sin embargo, es un hecho que a fines del año de 1969, (12 años de haberse creado por decreto) el espíritu universitario había despertado encendidamente las fuerzas y las inteligencias, necesarias que darían finalmente como resultado una forma de conciencia universitaria, la seguridad de que no es sino la universidad desarrollada en todo su esplendor, el mecanismo idóneo capaz de templar la conducta y obsequiar los instrumentos de la técnica, de la ciencia y de la cultura, con los cuales los bajacalifornianos trazarían los perfiles futuros del Estado.

Los hechos finalmente son una parte de un fenómeno, tal vez representan la evidencia más violenta, más objetiva del mismo. Detrás de los hechos se encuentra toda una estructura de fuerzas, presiones, circunstancias, condicionantes y actores que hacen todavía más dramática y más atrevida cuanto más riesgosa y comprometida la explicación de estos fenómenos, pero también es la más honesta.

3. Los hechos relativos a la dotación de terrenos.
Las escuelas de la UABC desde su fundación en marzo de 1957 funcionaban en su mayoría en edificios rentados o en inmuebles prestados, salvo excepciones hechas en algunas escuelas de nivel medio superior: fue hasta el año de 1969, cuando a la Universidad se le dotó de una gran extensión de terrenos en donde pudiera construir sus edificios escolares con sede en la ciudad de Mexicali, Baja California.

Esta dotación de terrenos, que se logró debido a las gestaciones que la Federación de Estudiantes Universitarios Bajacalifornianos, inició a mediados del año de 1969 ante las autoridades federales y estatales del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización.

Impulsado por la necesidad de que la Universidad contara con terrenos propios para edificar sus instalaciones y por lo tanto consolidarse como tal, este organismo representativo de los universitarios empezó a la búsqueda de terrenos adecuados para dicha institución, para lo cual acudió a la Delegación Agraria en el Estado, donde les fue informado por su Delegado, Ing. Francisco Dueñas que con motivo de la ampliación del fundo legal de la ciudad de Mexicali, se encontraba en trámite de expropiación la parcela No. 44 del Ex-Ejido “Coahuila”, una vez localizada físicamente dicha parcela, la Federación, a través de su respectiva Delegación en el Estado.

No obstante lo anterior, la tarea no fue fácil para la organización estudiantil ya que en esta parcela se encontraban inmersos fuertes intereses económicos y de algunos funcionarios del gobierno estatal, quienes se oponían a que dichos terrenos fueran donados a la Universidad.

El organismo de estudiantes universitarios tuvo que recurrir a los órganos de autoridad universitaria con el fin de obtener más apoyo y de legitimar su petición ante el Jefe del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, Ing. Norberto Aguirre Palancares, quien apoyó decididamente la causa universitaria ante el propio Presidente de la República.

Después de varios meses de presiones y de realizar las gestiones necesarias en el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización a través de su Delegación en el Estado, la Federación de Estudiantes Universitarios logró al fin que en el mes de octubre de 1969, la Universidad fuera dotada de los terrenos solicitados, mismos que fueron entregados a esta institución por el Ing. Aguirre Palancares, titular nacional de la dependencia antes citada en un acto celebrado el día 30 de octubre del año de referencia, en el local que ocupa la preparatoria de Mexicali, en dicho evento participaron en la entrega de los terrenos, además del jefe del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, las autoridades universitarias, la dirigencia estudiantil y las autoridades del gobierno estatal.

No obstante, con este acto, no terminaron los problemas para la Universidad y sus estudiantes ya que durante el tiempo que duró la tramitación para obtener la parcela 44, ésta fue fraccionada e inclusive se construyeron algunas edificaciones particulares ilegalmente, motivo por el cual el gobierno del Estado se comprometió ante las autoridades universitarias y estudiantiles a solucionar esta situación, pero, lejos de cumplir con su compromiso, se dedicó en los meses siguientes a tratar de permutar dichos terrenos por otros que no afectaran los intereses ya señalados.

Como el tiempo transcurrió y la situación no se resolvía por los medios tradicionales de petición, la Federación de Estudiantes Universitarios optó por diseñar una estrategia de lucha abierta como medio de presión para que sus demandas planteadas fueran atendidas y lograr al fin sus objetivos; para esto elaboró un pliego de peticiones el cual puso a consideración y aprobación de las asambleas de alumnos de cada una de las escuelas de la Universidad, mismo que fue presentado al gobierno del Estado a fines de febrero de 1970.

En dicho pliego se solicitaba entre otros puntos, la entrega física de la parcela 44, del Ex-Ejido “Coahuila”, la construcción de edificios y el pago de un adeudo por más de seis millones de pesos por concepto del impuesto del 10% para educación superior fundamentalmente.

Ante la imposibilidad de lograr una respuesta positiva a sus demandas, la dirigencia tuvo que recurrir a la base estudiantil con el fin de presionar con actos masivos, manifestaciones en las calles y, mítines en las puertas del Palacio de Gobierno; asimismo acudió a organizaciones sindicales y populares, con el fin de obtener apoyo al movimiento que efectuaban.

Este movimiento envolvió a todo el ámbito del Estado, ya que las escuelas de la Universidad en sus cuatro municipios efectuaron el mismo tipo de actividades que se realizaban en Mexicali, incluso se llegaron a realizar paros de labores académicas.

Aún con todo este tipo de presiones que se prolongaron hasta los primeros días de abril de 1970, incluyendo entre ellas, la toma física del terreno y de las instalaciones que en él se encontraban, el Gobierno del Estado no cedía a las peticiones de los universitarios, sino por el contrario, ejercía actos intimidatorios hacia los dirigentes universitarios, como el sucedido al Presidente de la Federación de Estudiantes Leopoldo Martínez Herrera, quien fue secuestrado por agentes de la policía judicial del Estado, con objeto de atemorizarlo y que desistiera de seguir adelante con el movimiento.

Por fin después de varios meses de lucha de los estudiantes universitarios, el Gobierno del Estado a mediado del mes de abril de 1970, cedió a las peticiones planteadas por éstos, lográndose una solución favorable a la totalidad de los puntos, planteados en su pliego de peticiones, los cuales son principalmente entre otros:
 La entrega física de terrenos y las edificaciones que en él se encontraban.
 La construcción de los edificios que requerían las escuelas de la UABC.
 El pago del adeudo a la Universidad por concepto del impuesto del 10% para educación superior, el cual ascendía a más de $6 ´000,000.00




4. Las fuerzas presente en el conflicto.
La relación simple de hechos difícilmente arrojaría luz sobre la problemática en la cual estuvo involucrado el movimiento universitario que dio como resultado la adquisición por parte de la Universidad de terrenos propios.

Determinar las condiciones histórico-políticas, las fuerzas participantes y las posiciones que adoptaron estas fuerzas, es avanzar y reconocer los componentes que mezcladosl dieron una configuración especial a este conflicto, es conocer e identificar las resistencias a las cuales se tuvo que enfrentar la coalición estudiantil-autoridades federales, a efecto de contrarrestar la fuerza centrífuga que a nivel local se había gestado contra este intento justo y visionario de construir a la propia Universidad.

Aunque todo intento de explicar un fenómeno social implica caer en riesgos subjetivos a efecto de simplificarlo y conocerlo con mayor certidumbre, a continuación se expone un esquema de fuerzas implicadas en este conflicto:
A). Coalición universidad-autoridades federales.
Este bloqueo estaba integrado fundamentalmente por la mayoría de los estudiantes universitarios bajacalifornianos representativos de las escuelas preparatorias y profesionales de los cuatro municipios, quienes aglutinados en torno a la Federación de Estudiantes Universitarios Bajacalifornianos, representaron desde sus inicios el ala más radical y activista en la lucha a la cual se enfrentó el bloque en su conjunto. En segundo término, se encontraban también inmersas en este bloque algunas fracciones de los órganos de autoridad de la propia universidad, lo cual representó el rol institucional del propio movimiento. Aunque su papel fue relativamente moderado, su presencia y apoyo le dio una dosis importante de legitimidad y consenso al proceso. En esta fracción participaron autoridades como el Lic. Rafael Soto Gil, Rector, Químico Juan de Dios Muñiz Duarte, Presidente del Patronato. La tercera fracción de este bloque, fue al igual que la primera, sumamente radical e intransigente en su posición de apoyo y ayuda irrestricta en la lucha por los terrenos universitarios. Esta fracción estaba constituida fundamentalmente por el Ing. Norberto Aguirre Palancares, quien fungía como jefe del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, y por el Ing. Francisco Dueñas González que se desempeñaba como Delegado en el Estado de dicha dependencia.

B) El segundo bloque.
Estaba constituido por una coalición de fuerzas opositores al bloque universitario-autoridades federales y en el cual se encontraban representados los intereses económicos de prominentes miembros del sector empresarial, quienes mediante acuerdos con algunos funcionarios dell gobierno del Estado de Baja California, habían concertado un especial compromiso de conservar, para sus intereses lo que de antemano por derecho no les correspondía.

Este bloque empresarios-funcionarios del gobierno estatal, estaba constituido por dos fracciones, por un lado la fracción empresarial encabezada por el Señor Rodolfo Cabañas, propietario de la fábrica de productos Kern´s, la cual sin duda era la parte más interesada en abortar y desintegrar este movimiento, en virtud de que esta fracción era la que más se había beneficiado con la adquisición ilegal y abaratada de las hectáreas de tierra sobre las cuales se encuentra ahora la Universidad en la ciudad de Mexicali. La otra fracción de este bloque la constituían algunos funcionarios del propio gobierno del Estado, así como algunos discretos y furtivos disidentes seudo estudiantes de una o dos escuelas de la Universidad, los que en su momento fueron señalados como traidores.

Esta fracción fue encabezada por algunos funcionarios del gobierno del Estado, la cual fiel a su compromiso trató de cumplir su cometido intentando negociar y sofocar el proceso que tenía enfrente.
Así pues, tal como se relata en los hechos, el bloque universitario-autoridades federales, que representó el ala más radical del movimiento se encuentra inmerso en una lucha enconada de posiciones contra el bloque opositor.

Durante el largo tiempo que duró el movimiento, este bloque universitario-funcionarios federales, se vio envuelto en una serie de contrafuerzas y presiones cuyo fin era debilitar la coalición y propiciar con ello, una solución negociada e independiente cuyos protagonistas sería el propio estado y la fracción universitaria.

En esta lucha de posiciones, el bloque empresarios-funcionarios del gobierno estatal, pretendió resarcir una alianza con el Delegado de Asuntos Agrarios y Colonización, Ing. Francisco Dueñas, quien sin embargo, frente al poder y la presión del Gobierno sostuvo su actitud solidaria con el movimiento, hecho que sin embargo, fortaleció aún más las expectativas del bloque universitario. Cuando estas posibilidades se hubieron desechado, el bloque empresarios-funcionarios del gobierno estatal intentó desautorizar la posición del Delegado Agrario y pretendió por lo menos en dos ocasiones convencer al Jefe del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, Ing. Roberto Aguirre Palancares de la necesidad de dotar a la Universidad Autónoma de Baja California de terrenos distintos a los solicitados y por los cuales el movimiento y la lucha se había iniciado ocultándose, sin embargo, que tal proyecto obedecía a los fuertes intereses económicos que ataban sin duda a dicho bloque.

Posteriormente, lo que todavía era una lucha de posiciones, hacia principios de octubre se transformó en una lucha de movimientos; ésta se significó por una aceleración del conflicto y por una radicalización profunda de ambos bloques.

Por otra parte el bloque universitario-autoridades federales, arrecia su actividad, a través de una constante movilización de masas estudiantiles que culmina con la toma de posesión de los terrenos y construcciones que el bloque opositor había construido. La lucha de movimientos culmina con una manifestación de fuerza estudiantil, a la cual se le denominó “La Marcha de la Verdad”, la que al parecer sirvió para demostrar el poder y solidez del movimiento y del propio bloque.

A su vez las presiones del bloque empresarios-funcionarios del gobierno estatal, siguieron intentando modificar las tendencias del proceso; dichas presiones fueron desde insistir en un cambio en la actitud de las autoridades agrarias, como el secuestro de la dirigencia estudiantil hasta el intento de soborno a su dirigente.

No obstante la lucha perduró hasta mediados de abril de 1970; finalmente el bloque empresarios-funcionarios del gobierno, estatal se declara vencido sentándose así las bases para la edificación de las instalaciones que ahora ocupa la Universidad en Mexicali.
A la luz de los años transcurridos resulta necesario dejar prendido en el recuerdo de las generaciones de universitarios que prosiguieron la lucha y decisión que asumidas por otras generaciones, han construido el entramado a veces accidentado de la historia de la Universidad.

Ahora, no obstante, el paso de treinta y siete años me resultan cercanos, tal vez por el alto grado de intensidad de la interrelación de los actores y el alto grado de dificultad que implicó abatir la adversidad, los nombres de aquellos compañeros que asumiendo con serenidad y vigor su papel de universitarios supieron entregar los mejor de ellos en la búsqueda de caminos claros y avenidas justas por donde se desplazó la Universidad después de aquella gesta luminosa.

Sirva éste como un reconocimiento a la intransigente y luchadora Escuela de Pedagogía con su dirigencia (Salomón Peláez, Sergio Barragán, Ramón Núñez); a la Escuela de Enfermería, cuya presencia femenina mostró el camino de la decisión y el empuje (Evelia Tinoco, María Oceguera); la persistente y talentosa Escuela de Ciencias Sociales y Políticas; las vibrantes Escuelas de Tijuana como Economía y la de Contabilidad y Administración (Gustavo Hirales, Sergio Hirales, Negrete Mata, Márquez, Pasillas, Guadalupe Sánchez, Dionisio González, Leobardo Tenorio, Morgado) de la impetuosa Escuela de Ciencias Marinas (Federico Sánchez Scott, Granados); de la avanzadísima y consciente Escuela Preparatoria de Mexicali que con su dirigencia (Gilberto Fierro, Jorge Sánches Hirales) marchó al frente de las causas más claras y trascendentes de la Universidad.

ASI SE FORJO LA UNIVERSIDAD

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